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El ácaro del ciclamen (Phytonemus pallidus) es un pequeño ácaro que aparece principalmente en los cultivos de fresa. En este artículo, nuestros especialistas le dan consejos para controlar el ácaro del ciclamen.
Un adulto de ácaro del ciclamen es muy pequeño, mide unos 0.25mm de tamaño y no se puede ver a simple vista. Estos ácaros son difíciles de encontrar porque viven en brotes de hojas cerrados. Si hay pocos individuos, es muy difícil de detectar.
El cuerpo es ovalado, plano y de color marrón claro. Tanto el huevo como la larva son alargados y blanco transparente. Puede ser encontrado en cultivos de fresa durante el verano.
El ácaro del ciclamen perfora los brotes doblados de las hojas y las células de la plantas y las succiona. El ácaro segrega una saliva tóxica, causando deformidades en las hojas. Como resultado, el borde de las hojas se curva hacia abajo y los brotes de las hojas se quedan pequeños, rígidos y con una coloración amarilla-marrón. Además, los brotes de las hojas dejan de crecer, causando enanismo y producción de pocas flores.
Prevenir es mejor que curar. Por lo tanto, empiece el cultivo con plantas certificadas y separe las plantas jóvenes de las viejas para reducir contaminación de las nuevas plantas. La infestación cruzada es un problema, por tanto asegúrese de que hay un seguimiento adecuado de la contaminación si el cultivo continua. Llevar a cabo prácticas de higiene efectivas también es importante, ya que el ácaro del ciclamen pueden ser propagado por humanos. Por lo tanto, prepare un protocolo de higiene para visitas y establezca medidas para que sean utilizadas por sus trabajadores.
Si se encuentra con una planta con este ácaro, quítela inmediatamente y métala en una bolsa de plástico cerrada, así reducirá la posibilidad de que se propague más la plaga. Además, no trabaje desde este punto donde encontró la planta infectada hacia fuera, sino hacia este punto. Si algunas plantas en este punto se contaminan, y ha trabajado de esta manera, reducirá el riesgo de propagación.
Los ácaros del ciclamen son difíciles de tratar químicamente porque se esconden entre las hojas. El control biológico es también una opción y el enemigo natural más efectivo es el ácaro depredador Amblyseius cucumeris.
